Es fantástico conocer que España se sitúa en el mapa gastronómico europeo por detrás de Francia, Italia y Alemania. A nivel mundial también por detrás de Japón. Esto nos hace valorar más nuestra gastronomía y obviamente al restaurador y jefes de cocina el mejorar la calidad en los productos y servicios.
A mi parecer los tres puntos esenciales son los siguientes:
La IMAGEN del establecimiento, me refiero a que el restaurante, debe tener una imagen comercial adecuada a su nombre, esto es un logotipo estructurado que le de personalidad al concepto culinario, al establecimiento y hasta sus manjares. Me gusta ver aquellos restaurantes donde se esmeran en mantener una decoración calida y sobria, sitios limpios donde cuidan el más mínimo detalle, cubertería, vajillas, manteles, servilletas, hasta la planta que está en una esquina y sus flores.
El segundo punto, es la AMABILIDAD, un restaurante no es nada sin un personal adecuado y amable. Esto es vital en cualquier aspirante a estrella Michelin, el personal del establecimiento debe ser un “relaciones públicas” integral, valoro su educación, cortesía, gentileza y el saber estar frente al cliente. Me agrada ver a camareros o metres, cuando desarrollan su trabajo con cortesía, es esencial que el propietario o restaurador haga mucho énfasis a su personal sobre el trato amable hacia los comensales y a su vez que el empresario o restaurador trate bien a sus trabajadores y proveedores.
Como tercer punto el MANJAR a degustar, cualquier comida exquisita debe aportar sensaciones al paladar si esto no lo logra el jefe de cocina y su equipo, es que no esta inspirado o tiene dolor de cabeza, no es posible que los platos a degustar sean sombríos sin inspiración alguna, deben de transmitir un efecto especial al comensal, no ser copias o imitaciones de comida de otros restaurantes, deben tener su identidad propia. Me gusta ver la comida exquisitamente decorada y simplemente que su sabor cause un efecto satisfactorio a mi paladar. Obviamente en este punto incluyo el buen gusto del sumiller, en la selección de los vinos de la casa, ya que sin un buen caldo cualquier extravagancia culinaria quedaría incompleta.
Termino con esta frase de mi propia inspiración. El sentarse a comer, mas que un acto es un arte, se elige la compañía, luego el ambiente y por último el manjar y vino a degustar.